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Yoga Tibetano – Lu Jong

    Lu significa cuerpo y Jong significa adiestramiento o transformación. Mediante la práctica de Lu Jong empezamos a entrenar los canales de nuestro cuerpo sutil y a cultivar la conciencia. Esta es la forma de cuidar el cuerpo y la mente. Esto es el yoga sanador tibetano.

    El Lu Jong trabaja simultáneamente con el cuerpo, la mente y la energía. Equilibramos los elementos y humores —el fundamento del cuerpo físico. Transformamos nuestras emociones negativas y vigorizamos el sistema corporal sutil de canales y vientos-energía. El resultado es una práctica efectiva y sistemática que mejora nuestro bienestar en todas las dimensiones.

    Cuando hacemos Lu Jong, combinamos forma, movimiento y respiración. Esta combinación, junto con la atención plena, une completamente el cuerpo y la mente. Usamos la forma y el movimiento para aplicar repetidamente una presión sobre puntos concretos de los canales, masajeando hasta abrir los bloqueos. Trabajamos suavemente la columna vertebral, creando espacio alrededor de las vértebras y tocando puntos secretos para liberar los bloqueos emocionales. Nutrimos las articulaciones, liberando los bloqueos, que de lo contrario manifestarían la enfermedad. Y empleando la respiración y la conciencia generamos calma interior, una verdadera meditación en movimiento.

    En Occidente sabemos que tenemos que cuidar el cuerpo físico, pero no comprendemos del todo que la salud del cuerpo físico depende de la salud del cuerpo sutil. Tenemos 72.000 canales en el cuerpo sutil y cada día perdemos algunos. Se vuelven quebradizos, retorcidos y bloqueados, y este es el proceso del envejecimiento. Debido a nuestra ignorancia, rompemos aún más canales mediante el mal comportamiento y movimientos o dieta incorrectos. Esto no solo afecta negativamente a nuestros sistemas corporales, a nuestra salud en general y a los niveles de energía, sino que también afecta negativamente a nuestra mente. Cuando los canales se bloquean, el viento-energía no fluye. Y cuando el viento-energía no fluye, la mente no fluye. Permanecemos atrapados en patrones de pensamiento habituales, estrechez mental y falta de concentración. Por lo tanto, practicar Lu Jong no solo mejora la salud física, sino que también cultiva la calma, la concentración y la alegría. Esta es una práctica espiritual.

    Los movimientos de Lu Jong se originaron en las ancestrales enseñanzas tibetanas. No obstante, esta práctica está conectada de forma única con Tulku Lobsang. Desde temprana edad estudió con muchos maestros en el Tíbet, aprendiendo estos movimientos sanadores de todos los linajes. Los recopiló en una práctica clara y concisa, y los modificó para hacerlos más accesibles a los cuerpos occidentales, poco adiestrados. El resultado no carece de profundidad. El Lu Jong lo pueden practicar personas de todas las edades y capacidades y los beneficios se sienten inmediatamente. La práctica continua puede cambiar realmente tu vida.

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